Semblanza y reinterpretación de una de las grandes mujeres de la historia literaria y religiosa de nuestro país. Contraponiendo quien supuestamente fue con la imagen que tenemos de ella, y trasladando a nuestro tiempo actual su visión sobre cómo vivir espiritualmente el compromiso con Dios padre omnipotente. Texto audaz por los escenarios y situaciones que propone, y acertado en su intención tal y como certifica la polémica que lo ha rodeado.
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Cuando convertimos a alguien en mito lo mutamos en un personaje que quizás tenga poco que ver con la persona que fue. Ya sea porque él o ella lo incentivaron, ya sea porque hubo a quien le convino valerse de él o ella para configurar su propia imagen. Ese es el caso de Santa Teresa de Jesús, mujer que leyó y escribió cuando muy pocas podían hacerlo, y que se erigió como fémina independiente y con criterio propio, lo que le llevó, incluso, al enfrentamiento con la santa Inquisición. Episodio en el que se puede profundizar teatralmente leyendo La lengua en pedazos (2012) de Juan Mayorga y, de paso, comprobar el muy diferente enfoque de Bezerra.
En Muero porque no muero lo que importa no es tanto la formalidad, la escenografía y la retórica, sino el contacto directo que plantea entre la que monologa y el público que la escucha. Por eso da igual su edad, Paco propone entre 16 y 65, y la materialización de los lugares y atmósferas que describe. Basta su verbo para sentir la paradoja, la incomprensión y la incoherencia, así como la calle, la suciedad y la degradación física y psíquica. Paco se ha propuesto no ejercer de mediador de la fisicidad de Teresa de Jesús, presentar un panegírico, sino de su espiritualidad.
El subtítulo de La doble vida de Santa Teresa remite a la lectura que su autor realiza de ella y que parte de una pregunta de difícil y abierta respuesta. ¿Podría surgir hoy un personaje como la nacida en Ávila en 1515? Y de ocurrir, ¿por dónde le llevarían los derroteros del destino? ¿Cómo se nos daría a conocer y cómo la recibiríamos? Bezerra elucubra y supone, imagina y traspone las coordenadas de hace cinco siglos a la actualidad. Fuerza y transgrede, pero no se queda en un estéril juego de artificio, sino que nos sitúa donde pretende, frente a la misión humanista, la reflexión filosófica y el compromiso cristiano promulgado y encarnado por Teresa.
Literariamente Muero porque no muero es interesante. Dramatúrgicamente es arriesgado por el recorrido textual, ambiental y tonal que dibuja a lo largo de su recorrido. De la convención inicial al shock para acabar en una liturgia bien fundamentada en las más actuales formas de misticismo. Quizás resulten redundantes ciertas concreciones que suenan más a activismo y posicionamiento político, pero, a fin de cuentas, esta es la Santa Teresa de Jesús que ve y proyecta su devoto y seguidor, su estudioso y compañero en la suposición de una realidad paralela y simultánea a esta que habitamos y por la que transitamos manipulando y prostituyendo la biografía, el mensaje y el objetivo de quienes se atrevieron a ir más allá de los límites y las posibilidades de su tiempo.
Muero porque no muero. La doble vida de Teresa, Paco Bezerra, 2022, Fundación SGAE.