MY NAME’S LOLITA: “La figuración no puede morir”

Comienza el curso expositivo y una de las galerías que tener en cuenta para saber por dónde van los derroteros creativos y artísticos es esta galería cuyo director siempre ha apostado por la figuración. Con más de tres décadas de historia, Ramón García Alcaraz sigue manteniéndose fiel a este estilo y acompañando a los artistas -como hace ahora con Silvia Lermo- con los que trabaja en su desarrollo y promoción.  

Si a Ramón (Cartagena, 1956) le hubieran dicho en 1988 que aquel proyecto que iniciaba en Valencia iba a seguir siendo en 2021 una de las galerías de Madrid con mayor trayectoria a sus espaldas, probablemente su respuesta hubiera sido una mezcla de incredulidad, ilusión y otro tanto de certeza. Entonces era un historiador del arte en proceso de convertirse en doctor, algo que conseguiría en 1996 con una tesis sobre Antonio Muñoz Degrain, que rápidamente vio el potencial de una serie de jóvenes practicantes de la figuración, muchos de ellos aún amateurs.

En un panorama marcado por la impronta de la abstracción de Cuenca y el informalismo catalán, su apuesta por pintores como César Fernández Arias o Juan Ugalde primero y Ángel Mateo Charris o Gonzalo Sicre después, resultó innovadora. De ahí la denominación del espacio, tomado de la famosa novela de Vladimir Nabokov, que a lo largo de este tiempo ha mostrado también en sus paredes la obra de artistas tan significativos como Equipo Límite o Dis Berlin y acogido prácticas como la performance, el videoarte o la fotografía (Alberto García Alix, Chema Madoz).

“No te pido flores”. Acrílico sobre lienzo. 61 x 50 cm y “Fuera lo malo”. Acrílico sobre lienzo. 61 x 50 cm

My name’s Lolita desembarcó en la capital en 1996 para dar cobertura a aquellos con los que ya trabajaba en la ciudad del Turia. Una nómina de la que hoy forman parte consolidados como Paco Pomet, Paco de la Torre o Illán Argüello, que se alternan con apuestas más recientes como la del cubano Richard Somonte. Tras quedar excluido de ARCO (con prácticas nada transparentes según sentencia judicial), el abanico de citas a las que ha acudido en los últimos años está formado por Estampa, Arte Santander, Drawing Room o Just Madrid en el panorama nacional, o Pool Art Fair en Nueva York, donde Bansky conoció la obra de Pomet y le convirtió en uno de los artistas con producción propia en su famoso y provocador parque temático, Dismaland. 

Sus clientes, principalmente particulares, provienen en un importante porcentaje (en torno al 40%) de países como Inglaterra, Alemania, Suecia o EE.UU. “Coleccionistas a los que conozco desde hace años y que basan su elección y decisión de compra en el encuentro personal y la experiencia directa con la obra de arte”, según García Alcaraz, motivo por el que actualmente no considera ni la venta on line ni acudir a eventos virtuales, aunque reconoce utilizar Instagram para descubrir y conocer nuevos creadores.

Su actual muestra está dedicada a Silvia Lermo (San Fernando, Cádiz, 1986), El fin del mundo animal. 19 obras en las que se puede disfrutar el muy peculiar estilo de esta artista en la que bodegón y costumbrismo, dibujo y color, línea y perspectiva se combinan para crear atmósferas con tintes clásicos, pero generadoras de una sensación psicológica que atrapa y perturba, seduce y pervive en la memoria de su espectador. 

“Y dile que se calle, que su cante me castiga”. Acrílico sobre lienzo. 97 x 130 cm.

Versión actualizada del reportaje publicado en el número 268 de Descubrir el Arte (mayo, 2021).

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