Archivo de la etiqueta: Grecia

“Otra vida por vivir” de Theodor Kallifatides

Ensayo, reflexión y auto ficción sobre la evolución de las democracias occidentales en las últimas décadas, así como sobre qué supone ser inmigrante en Suecia y emigrante en Grecia. La identidad individual y el encaje de su autor, ayer y hoy, en la sociedad y cultura en que nació y en aquella que le acogió. Una prosa sencilla y sosegada, sobre el peso de la vida y las vías de la inspiración, que envuelve a su lector en sus atmósferas, emociones y estados del alma.

No hay una experiencia más agradable cuando se está leyendo que verse superado por la amalgama de sensaciones, descubrimientos y ecos que siembra en nosotros el título que tenemos en nuestras manos. Eso es lo que me ha ocurrido con mi primer Kallifatides. Otra vida por vivir es un volumen breve, apenas me ha requerido dos días, pero tengo la impresión de haber realizado un profundo viaje desde la idiosincrasia del hoy, del aquí y ahora que todo lo puede, envuelve y ciega hasta las claves de la historia de mediados del siglo XX. Traslado temporal con el que he accedido a la realidad que se esconde tras la imagen y los tópicos actuales del norte y el sur de Europa. 

A pesar de su contenido número de páginas, la verdad de lo personal, la sinceridad de lo íntimo y el acierto analítico de su visión sobre cómo éramos y en qué nos hemos convertido, hace que quiera conocer más sobre la vida y obra literaria de Theodor Kallifatides (Molaoi, 1938). En Otra vida por vivir su experiencia es el camino que nos guía por la transformación política y económica, así como en la mutación de los valores y modelo de convivencia del mundo occidental desde mediados del siglo XX.

Lo hace con una prosa sencilla y humilde que demuestra su claridad de ideas, su compromiso humanista y su ánimo positivo y generoso por ser comprendido. Desde la aceptación de ser uno entre muchos, de alguien para quien prima la igualdad como base de la libertad, la justicia y la pluralidad ideológica. Motivo por el que se califica como un socialdemócrata que no entiende la vorágine individualista, consumista y cosificadora que se ha apoderado de la esencia de nuestras democracias, y cómo esto nos ha devuelto escenas de ruinas personales, rechazo xenófobo y clasismo pecuniario que creíamos estar minimizando.

Visión que complementa con su reflexión identitaria, sobre si sigue siendo griego tras más de medio siglo viviendo en Escandinavia, y cuán sueco es si no nació allí y teniendo en cuenta que su brújula interior sigue apuntando al Peloponeso. Asunto que hilvana con su infructuosa búsqueda de inspiración a la hora de ponerse a escribir en un determinado momento de su vida. Cuestiones que le sirven para hablar sobre su familia y el lazo que le une con su mujer después de tanto tiempo, el vínculo que mantiene con las amistades que dejó en su tierra de origen y con las que comparte lugar de procedencia en Estocolmo, y la divagación sobre el concepto de legado viendo cómo muchos de sus allegados van llegando a su hora final.

Otra vida por vivir, Theodor Kallifatides, 2018, Galaxia Gutenberg.

10 ensayos de 2022

Arte, periodismo de opinión y de guerra, análisis social desde un punto de vista tecnológico y político. Humanismo, historia y filosofía. Aproximaciones divulgativas y críticas. Visiones novedosas, reportajes apasionados y acercamientos interesantes. Títulos con los que conocer y profundizar, reflexionar y tomar conciencia de realidades y prismas quizás nunca antes contemplados.

“Otra historia del arte” de El Barroquista. Aproximación a la disciplina que combina la claridad de ideas con la explicación didáctica. Ensayo en el que su autor desmonta algunos de sus mitos a la par que da a conocer los principios por los que considera se ha de regir. Una propuesta de diálogo a partir del cambio de impresiones y de la suma de puntos de vista, sin intención alguna de asombrar o imponerse con su acervo académico.

“Arte (in)útil” de Daniel Gasol. Bajo el subtítulo “Sobre cómo el capitalismo desactiva la cultura”, este ensayo expone cómo el funcionamiento del triángulo que conforman instituciones, medios de comunicación y arte es contraproducente para nuestra sociedad. En lugar de estar al servicio de la expresión, la estética y el pensamiento crítico, la creación y la creatividad han sido canibalizadas por el mecanismo de la oferta y la demanda, el espectáculo mediático y la manipulación política.

«La desfachatez intelectual» de Ignacio Sánchez-Cuenca. Hay escritores y ensayistas a los que admiramos por su capacidad para imaginar ficciones e hilar pensamientos originales y diferentes que nos embaucan tanto por su habilidad en el manejo del lenguaje como por la originalidad de sus propuestas. Prestigio que, sin embargo, ensombrecen con sus análisis de la actualidad llenos de subjetividades, sin ánimo de debate y generalidades alejadas de cualquier exhaustividad analítica y validez científica.

“Amor América” de Maruja Torres. Desde Puerto Montt, en el sur de Chile, hasta Laredo en EE.UU., observando cómo queda México al otro lado del Río Grande. Diez semanas de un viaje que nació con intención de ser en tren, pero obligado por múltiples obstáculos a servirse también de métodos alternativos. Una combinación de reportaje periodístico y diario personal con el que su autora demuestra su saber hacer y autenticidad observando, analizando, recordando y relacionando.

“Guerras de ayer y de hoy” de Mikel Ayestaran y Ramón Lobo. Conversación entre dos periodistas dedicados a contar lo que sucede desde allí donde tiene lugar. Guerras, conflictos y entornos profesionales relatados de manera diferente, pero analizados, vividos y recordados de un modo semejante. Crítica, análisis e impresiones sobre los lugares y el tablero geopolítico en el que han trabajado, así como sobre su vocación.

“Privacidad es poder” de Carissa Véliz. Hemos asumido con tanta naturalidad la perpetua interconexión en la que vivimos que no nos damos cuenta de que esta tiene un coste, estar continuamente monitorizados y permitir que haya quien nos conozca de maneras que ni nosotros mismos somos capaces de concebir. Este ensayo nos cuenta la génesis del capitalismo de la vigilancia, el nivel que ha alcanzado y las posibles maneras de ponerle coto regulatorio, empresarial y social.

“Los rotos. Las costuras abiertas de la clase obrera” de Antonio Maestre. Ensayo que explica los frentes en los que se manifiesta actualmente la opresión del capitalismo sobre quienes trabajan bajo sus parámetros. Texto dirigido a quienes ya se sienten parte del proletariado, para que tomen conciencia de su situación, pero también a aquellos que no entienden por qué parte de sus miembros le han dado la espalda a sus circunstancias y abrazado opciones políticas contrarias a sus intereses.

“El infinito en un junco” de Irene Vallejo. Ensayo académico sobre el origen de la escritura y la consolidación de su soporte material, los libros. Confesión y testimonio personal sobre el papel que estos han desempeñado a lo largo de la vida de su autora. Y reflexión sobre cómo hemos conformado nuestra identidad cultural. La importancia y lo azaroso de los nombres, títulos y acontecimientos que están tras ella, y el poder de entendimiento, compresión y unión que generan.

«Historias de mujeres» de Rosa Montero. Dieciséis semblanzas que aúnan datos biográficos y análisis del contexto combinando el reportaje periodístico y el ensayo breve. Vidas, personalidades y acontecimientos narrados de manera literaria, con intención de hacer cercanas y comprensibles a quienes fueron ninguneadas o simplificadas. Una inteligente reivindicación del derecho a la igualdad sin caer en mitificaciones ni dogmas.

“El gobierno de las emociones” de Victoria Camps. Llevar una vida equilibrada exige una correcta combinación de razón y emoción. Formula diferente para cada persona según su nivel de autoconocimiento, el contexto y el propósito de cada momento. Aun así, tiene que haber un marco común que favorezca la comunicación personal y la convivencia social. Un contexto de conciencia y correcto ejercicio emocional que fomentar y mantener desde la educación, la justicia y la política.

“El infinito en un junco” de Irene Vallejo

Ensayo académico sobre el origen de la escritura y la consolidación de su soporte material, los libros. Confesión y testimonio personal sobre el papel que estos han desempeñado a lo largo de la vida de su autora. Y reflexión sobre cómo hemos conformado nuestra identidad cultural. La importancia y lo azaroso de los nombres, títulos y acontecimientos que están tras ella, y el poder de entendimiento, compresión y unión que generan.

Damos por supuestas demasiadas cosas que no siempre estuvieron ahí, y desde que lo están, no de la forma con que las conocemos en nuestro presente. Hoy los libros son objetos de gran consumo. Los hay a raudales. En nuestras casas. En las bibliotecas. En las librerías. Y en toda otra clase de lugares dedicados al comercio como grandes superficies, tiendas aeroportuarias, quioscos y hasta máquinas de vending en los andenes del metro. Yo mismo soy un claro ejemplo de ello. Lector en papel y en pantalla. Comprador por encima de mis posibilidades lectoras. Apasionado de las ediciones de gran formato y reproducciones de calidad si se trata de volúmenes sobre pintura o fotografía. Adicto a pasear la mirada y rozar con la punta de los dedos los lomos de los ejemplares que completan estanterías como medio con el que conocer a su propietario y descubrir referencias de contacto y unión con él o ella.

Pero lo que verdaderamente me maravilla de los libros es cuando sucede lo que me ha ocurrido leyendo El infinito en un junco. Una combinación de admiración intelectual no solo por los amplios y detallados conocimientos que demuestra Irene, sino por su capacidad de relacionarlos y exponerlos de una manera tan particular como ordenada e hipnótica. También fascinación por haberme hecho asomar a planos de la historia de la humanidad que no conocía, o no bajo las coordenadas con que ella visualiza y fija las líneas que nos unen con ellos. Con la fijación de un método y unos códigos con que los sumerios comenzaron a registrar aquello que nos importa, inquieta y conmueve; con el gran proyecto de la biblioteca de Alejandría de compilar y preservar toda la sapiencia existente; o con el sueño de Alejandro Magno, y posteriormente de los romanos, de pretender que el mundo conocido compartiera referentes, valores y sistemas.

Sin embargo, Vallejo no se queda ahí y nos guía con tiento y serenidad por ese universo de tramas y creadores, progresos técnicos y costumbres en evolución continua. Manejando no solo la dimensión temporal con que nos traslada al Egipto faraónico, así como a la Grecia clásica y la Roma imperial de la que somos herederos, sino también la relacional que nos permite comprenderlos a través de símiles con nuestra casuística actual. A su vez, lo conjuga con el muy personal relato de cómo ha vivido, interpretado e interiorizado ella sus mensajes y su contexto, la singularidad que los diferenció en su día y los muchos motivos por los que seguimos vinculados con La Iliada, Las Troyanas o las crónicas de Heródoto, así como a Cicerón, Plinio y Julio César.

Quizás la clave de este título, además de por su tono cercano y empático y su profusa documentación, está en la devoción, admiración y agradecimiento que su autora transmite por el asunto que trata. El origen, evolución y papel actual que tienen los libros, la literatura y la cultura tanto en la formación de todo individuo como de la sociedad de la que forma parte desde hace ya casi tres milenios. Una humildad con la que nos contagia la pasión, el asombro y la capacidad de trasladarnos a tiempos y lugares distantes gracias a la lectura de cartas, ensayos, dramaturgias, prosas o versos escritos siglos atrás y que antes que en papel fueron leídos en pergaminos, códices o rollos de papiro o tallados en piedra, arcilla o madera.

El infinito en un junco, Irene Vallejo, 2019, Ediciones Siruela.

10 ensayos de 2021

Reflexión, análisis y testimonio. Sobre el modo en que vivimos hoy en día, los procesos creativos de algunos autores y la conformación del panorama político y social. Premios Nobel, autores consagrados e historiadores reconocidos por todos. Títulos recientes y clásicos del pensamiento.

“La sociedad de la transparencia” de Byung-Chul Han. ¿Somos conscientes de lo que implica este principio de actuación tanto en la esfera pública como en la privada? ¿Estamos dispuestos a asumirlo? ¿Cuáles son sus beneficios y sus riesgos?  ¿Debe tener unos límites? ¿Hemos alcanzado ya ese estadio y no somos conscientes de ello? Este breve, claro y bien expuesto ensayo disecciona nuestro actual modelo de sociedad intentando dar respuesta a estas y a otras interrogantes que debiéramos plantearnos cada día.

“Cultura, culturas y Constitución” de Jesús Prieto de Pedro. Sea como nombre o como adjetivo, en singular o en plural, este término aparece hasta catorce veces en la redacción de nuestra Carta Magna. ¿Qué significado tiene y qué hay tras cada una de esas menciones? ¿Qué papel ocupa en la Ley Fundamental de nuestro Estado de Derecho? Este bien fundamentado ensayo jurídico ayuda a entenderlo gracias a la claridad expositiva y relacional de su análisis.

“Voces de Chernóbil” de Svetlana Alexévich. El previo, el durante y las terribles consecuencias de lo que sucedió aquella madrugada del 26 de abril de 1986 ha sido analizado desde múltiples puntos de vista. Pero la mayoría de esos informes no han considerado a los millares de personas anónimas que vivían en la zona afectada, a los que trabajaron sin descanso para mitigar los efectos de la explosión. Individuos, familias y vecinos engañados, manipulados y amenazados por un sistema ideológico, político y militar que decidió que no existían.

«De qué hablo cuando hablo de correr» de Haruki Murakami. “Escritor (y corredor)” es lo que le gustaría a Murakami que dijera su epitafio cuando llegue el momento de yacer bajo él. Le definiría muy bien. Su talento para la literatura está más que demostrado en sus muchos títulos, sus logros en la segunda dedicación quedan reflejados en este. Un excelente ejercicio de reflexión en el que expone cómo escritura y deporte marcan tanto su personalidad como su biografía, dándole a ambas sentido y coherencia.

“¿Qué es la política?” de Hannah Arendt. Pregunta de tan amplio enfoque como de difícil respuesta, pero siempre presente. Por eso no está de más volver a las reflexiones y planteamientos de esta famosa pensadora, redactadas a mediados del s. XX tras el horror que había vivido el mundo como resultado de la megalomanía de unos pocos, el totalitarismo del que se valieron para imponer sus ideales y la destrucción generada por las aplicaciones bélicas del desarrollo tecnológico.

“Identidad” de Francis Fukuyama. Polarización, populismo, extremismo y nacionalismo son algunos de los términos habituales que escuchamos desde hace tiempo cuando observamos la actualidad política. Sobre todo si nos adentramos en las coordenadas mediáticas y digitales que parecen haberse convertido en el ágora de lo público en detrimento de los lugares tradicionales. Tras todo ello, la necesidad de reivindicarse ensalzando una identidad más frentista que definitoria con fines dudosamente democráticos.

“El ocaso de la democracia” de Anne Applebaum. La Historia no es una narración lineal como habíamos creído. Es más, puede incluso repetirse como parece que estamos viviendo. ¿Qué ha hecho que después del horror bélico de décadas atrás volvamos a escuchar discursos similares a los que precedieron a aquel desastre? Este ensayo acude a la psicología, a la constatación de la complacencia institucional y a las evidencias de manipulación orquestada para darnos respuesta.

“Guerra y paz en el siglo XXI” de Eric Hobsbawm. Nueve breves ensayos y transcripciones de conferencias datados entre los años 2000 y 2006 en los que este historiador explica cómo la transformación que el mundo inició en 1989 con la caída del muro de Berlín y la posterior desintegración de la URSS no estaba dando lugar a los resultados esperados. Una mirada atrás que demuestra -constatando lo sucedido desde entonces- que hay pensadores que son capaces de dilucidar, argumentar y exponer hacia dónde vamos.

“La muerte del artista” de William Deresiewicz. Los escritores, músicos, pintores y cineastas también tienen que llegar a final de mes. Pero las circunstancias actuales no se lo ponen nada fácil. La mayor parte de la sociedad da por hecho el casi todo gratis que han traído internet, las redes sociales y la piratería. Los estudios universitarios adolecen de estar coordinados con la realidad que se encontrarán los que decidan formarse en este sistema. Y qué decir del coste de la vida en las ciudades en que bulle la escena artística.

«Algo va mal» de Tony Judt. Han pasado diez años desde que leyéramos por primera vez este análisis de la realidad social, política y económica del mundo occidental. Un diagnóstico certero de la desigualdad generada por tres décadas de un imperante y arrollador neoliberalismo y una silente y desorientada socialdemocracia. Una redacción inteligente, profunda y argumentada que advirtió sobre lo que estaba ocurriendo y dio en el blanco con sus posibles consecuencias.

«Beckett», thriller estival

La felicidad del amor y de unas vacaciones en lugares históricos se convierten para un americano en una huida desesperada con aires de corrupción y conspiración política. Los campos áridos de la Grecia rural y la Atenas de hormigón son el escenario de una intriga apta para sobrellevar las altas temperaturas de estos días con John David Washington emulando al Harrison Ford de “El fugitivo”.

En sus primeros minutos, John David Washington resulta el reverso de Malcolm, el personaje que interpretó en su anterior estreno, también una producción Netflix. Si allí discutía sin parar con Zendaya, aquí se demuestra amor eterno con Alicia Vikander. Escenas necesarias para introducirnos a los personajes, quiénes son, por qué están aquí y qué hacen. Pero su exceso de almíbar las hace largas, no aportan nada que nos haya transmitido el convencionalismo de su primer cruce de miradas. Defrauda, incluso, ver en un papel tan corto e insulso a la ganadora del Oscar como actriz de reparto en 2015 por La chica danesa.

Pasaje necesario para llegar al momento en que Beckett abre los ojos boca abajo tras las varias vueltas de campana que ha dado su coche. Por fin se desata la tensión que teníamos ganas de sentir y que no cesará hasta el final. Terreno bien trazado tanto por el guión como por la dirección, generando primer inquietud, malestar y desazón, y desatando después la acción, el movimiento y la velocidad.

Los escenarios elegidos son los correctos. La despoblada ruralidad y la escarpada orografía del interior helénico, la sencilla urbanidad de sus pequeñas ciudades y la brutalidad del urbanismo de su capital. Cada uno de ellos es el marco perfecto para cuanto el protagonista -y nosotros a través de él- vivencia y descubre. El no tener ni idea de lo que está pasando, el intuir las connotaciones políticas del asunto -tanto en clave nacional como internacional- en el que el destino le ha involucrado, y lo mucho y oculto que está en juego. La duración de cada etapa se ajusta lo que demandan los acontecimientos que relata, deviene en la siguiente con una narrativa lógica y cuanto ocurre es verosímil. Solo le falla un elemento. No genera adrenalina.

Ferdinando Cito Filomarino no parece haber querido construido un thriller al uso, concebido más en la mesa de montaje que en el diseño del story board y en el plan de rodaje. Se agradece que no emule a los videojuegos como parece ser la tónica recurrente desde hace tiempo, que opte por planos abiertos donde nos de tiempo a reconocer dónde estamos y que de tanto peso al sentir como al dinamismo de un hombre atrapado por la incertidumbre, la angustia y la desazón que nos transmite a la perfección la música de Ryūichi Sakamoto es excepcional. Pero su intento de arrastrarnos en una atmósfera tan psicológica como física, a la manera del cine clásico, no cuaja con la solidez que sería deseable.

Y tenía potencial para ello. Al contrario que sucede con Vikander, los secundarios en que se apoya la trama están perfectamente definidos -y encarnados por sus intérpretes- y John David Washington demuestra la solvencia necesaria en la omnipresencia ante la cámara que le exige su papel. Deja claro que no necesita una producción tan elaborada y detallista como la de Tenet ni los alardes estéticos de Malcom & Marie para atraer nuestra atención. Quedémonos con esto y esperemos a ver su siguiente película.

«De qué hablo cuando hablo de correr» de Haruki Murakami

“Escritor (y corredor)” es lo que le gustaría a Murakami que dijera su epitafio cuando llegue el momento de yacer bajo él. Le definiría muy bien. Su talento para la literatura está más que demostrado en sus muchos títulos, sus logros en la segunda dedicación quedan reflejados en este. Un excelente ejercicio de reflexión en el que expone cómo escritura y deporte marcan tanto su personalidad como su biografía, dándole a ambas sentido y coherencia.

Comencé a leer este libro por el buen sabor de boca que me han dejado la mayor parte de los Murakami (Kioto, 1949) que he leído hasta la fecha (1Q84, Kafka en la orilla, Tokyo blues…) y también porque soy corredor habitual desde hace más de veinte años y de vez en cuando me pregunto por qué y para qué me calzo las deportivas nada más despertar. Una lucha entre la pereza inicial y la satisfacción posterior que por el momento -y tres veces a la semana durante una hora y doce kilómetros- sigue ganando la segunda de esas dos fuerzas que habitan en algún hondo lugar de mi persona.

Pero lo de Haruki es mucho más, como novelista es un superventas y su nombre suena una y otra vez como candidato al Premio Nobel de Literatura, y como corredor acumula ya muchos maratones y triatlones a sus espaldas (a su lado yo no soy nadie, tan solo dos medias maratones). Para él correr no es solo una muestra de un estilo de vida saludable, es también parte de una filosofía existencial con la que le da equilibrio a su día a día. Como si el estar con los pies en la tierra que conlleva el correr compensara el vuelo de su imaginación en su faceta laboral, en su tarea como escritor. Tal y como relata, su manera de ser y estar en el mundo desde principios de los 80 está basada en la unión y comunicación entre ambas prácticas, habiendo entre ellas una relación de espejo, refuerzo y alivio al basarse en pilares comunes como la técnica, la constancia y la consciencia.

Así es como lo expone volviendo a su juventud y a las insanas costumbres -fumar, trasnochar, alimentación desequilibrada- que practicó mientras fue empresario y barman hasta que la escritura se fue haciendo presente en su vida y llegado el momento, decidió junto con su mujer, dejarlo todo para intentar una actividad en la que ha conseguido unos logros por los que hoy es sobradamente conocido. A partir de ahí, y aunque se centra más en cómo piensa y actúa cuando se anuda las zapatillas que cuando se pone manos a la obra frente al folio en blanco, deja ver con claridad cómo se percibe, analiza e interroga a sí mismo, observándose desde fuera, pero también sintiéndose resonar desde dentro.

Puntos de vista que en las páginas de este volumen -recordando entrenamientos, preparaciones y carreras, éxitos y fracasos, en Grecia, Japón y EE.UU.- no resultan opuestos, tampoco complementarios, sino más que eso. Están compaginados e intrincados, pero también separados y diferenciados. Con esa habilidad tan exquisita y delicada, pero a la par sencilla, honesta y fácilmente comprensible con que Murakami es capaz de exponer y sintetizar -tanto por separado, como conjuntamente- hechos, pensamientos, sensaciones y emociones.

De qué hablo cuando hablo de correr, Haruki Murakami, 2007, Tusquets Editores.

«Ushuaia» de Alberto Conejero

De la misma manera que la Historia vuelve a repetirse si nos negamos a aprender de ella, el pasado personal no acepta ser ocultado y nos obligará a cometer una y otra vez los errores que nos avergüenzan si no los reconocemos y curamos las heridas causadas. Un trayecto no siempre lineal, desde Grecia hasta el sur de Argentina, desde los años 40 hasta los 80 del s. XX, guiado por el amor, la conciencia y el deseo de reconciliación.

Ushuaia tiene un primer plano de lectura, ese en el que el ermitaño y ya anciano Mateo recibe en su casa en Tierra de Fuego a Nina, una mujer que va a trabajar cuidando de él y uno paralelo en el que la joven judía Rosa y el oficial nazi Mattheus hablan idiomas distintos cuarenta años antes en Tesalónica. Pero hay otro nivel, otra dimensión que enlaza ambas parejas y sus coordenadas geográficas y temporales, que inicialmente no acertamos a saber cuál es, pero que poco a poco -y a medida que avancen sus historias individuales, combinadas y cruzadas- se irá descubriendo. Más allá de los 13.000 km y las cuatro décadas que les distancian, lo que les separa y les une a la vez es la fuerza de un pecado por expiar, de una falsa libertad pidiendo ser cancelada, de una verdad que clama por ocupar su lugar.

Conejero expone con suma claridad el punto de partida de cada una de sus tramas, haciéndolas avanzar con la ayuda de unos diálogos precisos y una expresividad sencilla que, más que asertiva, resulta honesta con la personalidad y el sentir de sus personajes. Su delicado lirismo que todo lo cubre en otros de sus trabajos queda aquí reservado para los elementos que nos van dando las claves con que se disuelven las brumas de lo que enlaza a sus protagonistas y a nosotros nos intriga. Los versículos del Apocalipsis, los pasajes del Moby Dick de Melville y las piezas musicales germánicas y otomanas aludidas son los pliegues de la conciencia en los que se refugian la culpa, la vergüenza y el remordimiento. Manifestaciones de una soledad árida y un dolor seco, casi crónico, que tiñe cada una de las líneas de este texto.

Todo ello en una atmósfera que tienen algo de la nebulosa del cine clásico a la que se alude en algún momento y mucho del thriller de aquellas películas bélicas que años después del fin de la II Guerra Mundial nos ayudaron a descubrir la barbarie del nazismo y el horror del Holocausto. Coordenadas que enmarcan lo que sucede en Ushuaia, pero en las que su autor no se encorseta, sino que se sirve de ellas para observar y analizar la conducta humana en un intento de entender cuál es el motor que nos mueve. No solo en un momento concreto como individuos o en una época más amplia como sociedad, sino como civilización que ha sido capaz de lo mejor, pero también de lo peor desde el principio de los tiempos.

Sin llegar a las cotas de La piedra oscura o Todas las noches de un día, este trabajo de Alberto es más que notable y ojalá vuelva a ser llevado a las tablas con más acierto que el que tuvo el montaje con el que se estrenó en el Teatro Español en 2017. Lo merece.

Ushuaia, Alberto Conejero, 2013, Asociación de Directores de Escena de España.

10 novelas de 2018

Títulos publicados tanto a lo largo de los últimos meses como en años anteriores. Autores españoles y residentes en EE.UU. Recuerdos de la infancia, frescos históricos, crónicas sobre el amor y el desamor y denuncias de la injusticia y la desigualdad.

10Novelas2018.jpg

«V y V. Violación y venganza» de Pilar Bellver. Con la estructura y el desarrollo tranquilo y de amplio alcance de los clásicos de la literatura del XIX a los que hace referencia, uniéndole una profunda exposición de sus personajes protagonistas a través de unos diálogos –conversados, redactados a mano o tecleados como e-mail- escritos de manera maestra. La historia de dos hermanas de apellido noble a lo largo de un tiempo –desde la pequeña España de los 80 hasta el mundo global del s. XXI- bajo el eterno freno y la pesada sombra del siempre omnipresente yugo invisible del heteropatriarcado.

vyvportada

«Sol poniente» de Antonio Fontana. Volver la mirada a la Málaga de cuando se era niño para dejar aflorar los recuerdos de aquellos años en que se forjó nuestra identidad. Un ejercicio de intimidad en el que las palabras son el medio para llegar a las sensaciones que se quedaron grabadas en la piel, las verdaderas protagonistas de esta delicada novela. Un relato auténtico, que desprende nostalgia con simpatía y buen humor pero sin añoranzas sentimentales, celebrando que somos el resultado de quienes fuimos y de cuanto nos aconteció.

SolPoniente

«Las tres bodas de Manolita» de Almudena Grandes. Con su habitual saber hacer literario, Grandes desarrolla una serie de tramas en las que los acontecimientos históricos se combinan a la perfección con los dramas personales de sus protagonistas. El tercer episodio de su saga sobre el conflicto interminable que fue la Guerra Civil es una novela que nos permite conocer cómo era la vida de aquellos que intentaron mantener la ilusión a pesar de haber sido derrotados por el fascismo y continuar torturados por el franquismo.

LasTresBodasDeManolita

“El invitado amargo” de Vicente Molina Foix y Luis Cremades. El recuerdo del amor vivido visto con la perspectiva de las tres décadas transcurridas desde entonces. Del ímpetu, el desconocimiento y la experimentación de los que se inician como adultos al reposo, la retirada y el balance de los ya instalados en la madurez. Un intercambio folletinesco con dos voces narradoras, capítulos escritos por separado que enfrentan y complementan dos puntos de vista sobre un enamoramiento difuso y una relación que nunca terminó de cuajar pero que tampoco llegó a disolverse.

ElInvitadoAmargo

“Llámame por tu nombre” de André Aciman. Una lograda expresión del deseo y la pasión a los diecisiete años. Una narración obsesiva que quiere entender lo que está sucediendo, anárquica en su búsqueda de palabras con las que expresarse, desesperada por convertirlas en hechos que hagan que las emociones individuales se conviertan en sensaciones compartidas. Una historia guiada por el latido del corazón y el impulso de la libido de sus protagonistas.

LlamamePorTuNombre

“Un incendio invisible” de Sara Mesa. La bancarrota y hecatombe de Detroit le inspiran a Sara Mesa una historia sobre una ciudad apocalíptica en la que no quedan más que personas abandonadas o sin lugar al que ir. Una urbe en la que todo lo que conforma nuestro modelo de bienestar alcanza tal nivel de degradación que peligra hasta la convivencia y el carácter humano de las personas. Una inteligente y sugerente ficción que juega con logrado acierto a exponer, sin enjuiciar, la deriva moral de lo que está relatando.

UnIncendioInvisible

“Lecciones de abstinencia” de Tom Perrotta. A caballo entre la sátira y un despiadado realismo, esta novela muestra el control que el fundamentalismo religioso pretende tener de todo individuo convirtiendo su vida privada -el sexo, el consumo o los hábitos lúdicos- en un continuo campo de batalla. Un sarcástico retrato de la clase media estadounidense y de la decadencia de su modelo de sociedad, de su falta de cohesión, de sus endebles valores y de su falta de rumbo.

LeccionesDeAbstinencia

“Middlesex” de Jeffrey Eugenides. Varias buenas novelas en una única y genial. Un muy bien guiado recorrido por el mundo global que va de los conflictos entre Turquía y Grecia tras la I Guerra Mundial al Berlín posterior a la reunificación alemana pasando por el EE.UU. acogedor de miles de refugiados en los años 30 hasta la extensión del movimiento hippie en los 70. Dentro de él una saga familiar que aúna a la perfección lo antropológico y lo sociológico con lo vivencial y lo emocional. Y también un relato valiente, pedagógico, sensible y acertado sobre la verdad y la realidad de la intersexualidad.

Middlesex

“Honrarás a tu padre” de Gay Talese. Excelente crónica publicada en 1971, entre la ficción literaria y la objetividad periodística, sobre la evolución de la Mafia en la ciudad de Nueva York –y sus ramificaciones en otras partes de EE.UU.- en la que las influencias y las luchas de poder se combinan con la vida personal y familiar de Bill Bonanno. Un sobresaliente retrato de las raíces, las motivaciones y los fines de aquellos que hacían de la ilegalidad –cuando no, la criminalidad- las coordenadas en las que desarrollaban sus trayectorias vitales.

HonrarasATuPadre

“Haz memoria” de Gema Nieto. La historia de tres generaciones de mujeres que es también la no contada de muchas familias de nuestro país. De un tiempo aun convulso que pide volver a él para calmar los asuntos pendientes, para darle luz a aquellos pasajes vividos a escondidas y después condenados al olvido. Una sentencia de negación que anuló el futuro de los que sobrevivieron y lastró a sus descendientes.

HazMemoria

“Middlesex” de Jeffrey Eugenides

Varias buenas novelas en una única y genial. Un muy bien guiado recorrido por el mundo global que va de los conflictos entre Turquía y Grecia tras la I Guerra Mundial al Berlín posterior a la reunificación alemana pasando por el EE.UU. acogedor de miles de refugiados en los años 30 hasta la extensión del movimiento hippie en los 70. Dentro de él una saga familiar que aúna a la perfección lo antropológico y lo sociológico con lo vivencial y lo emocional. Y también un relato valiente, pedagógico, sensible y acertado sobre la verdad y la realidad de la intersexualidad.

Middlesex.jpg

Middlesex bien podría tomarse como una muestra actual de la influencia de la cultura clásica griega, como una narración que ficciona algunas de las múltiples caras de la realidad del siglo XX. Sin embargo, en sus páginas no hay mitos explicativos de situaciones y circunstancias que necesiten de un halo de magia y ficción para ser comprendidos. Lo que en ellas se relata son historias, circunstancias y vivencias que podrían contar muchas más personas que las que conforman la familia Stephanides.   El acierto está en hacerlo como si fueran una sucesión de muñecas rusas, con la salvedad de que entre estas matrioskas hay una serie de vasos comunicantes que hace que al tiempo que conforman un relato lineal, todas ellas sean protagonistas y secundarias a la vez, continentes y contenido a la par.

Eugenides inicia su novela relatando uno de los últimos ocasos históricos de los helenos, cuando las tropas turcas les expulsaron, finalmente, en 1922 de su territorio asiático. Un prólogo que sirve para explicarnos la formación de EE.UU. como una nación crisol de orígenes, culturas y etnias. Millones de personas acudieron hasta allí a lo largo de mucho tiempo por un doble motivo, huyendo de los conflictos y la pobreza de sus lugares de origen y atraídos por su promesa de ser la tierra de las oportunidades. Un eslogan permanente, con luces y sombras también perennes, tal y como muestra la evolución del país a lo largo de episodios como la ley seca, la participación en la II Guerra Mundial, el consumismo capitalista, la eclosión de los movimientos de igualdad racial o el inicio de la apertura y el conocimiento sexual y la socialización de las drogas que llegó con los hippies en los años 60.

Ese es el hilo temporal que recorren las tres generaciones de los Stephanides a los que conocemos. Los primeros, los abuelos, griegos desplazados; los segundos, los padres, americanos con raíces extranjeras; los terceros, los hijos, ciudadanos plenamente estadounidenses. A través de ellos somos testigos de cómo viven las personas de a pie los grandes acontecimientos, cómo se transforma su entorno, evolucionan sus valores y hábitos de consumo, se amplía su catálogo de referentes, las maneras de relacionarse y, por tanto, sus propias vidas.

Pero la maestría de Middlesex está en cómo profundiza en el recorrido cronológico de las vivencias para adentrarse de lleno en la construcción de la identidad individual, concepto en el que se aúnan la herencia cultural, la influencia ambiental y la disposición genética. Una descripción del universo micro de las emociones y las sensaciones, de aquello que es individual e íntimo, invisible para los demás y que solo se puede vivir, expresar y compartir con autenticidad cuando se conoce y acepta plenamente.

La habilidad narrativa de Jeffrey Eugenides se hace aún más patente con su certera descripción de ese viaje más amplio y vertiginoso, arduo y complicado que cualquier otro cuando la circunstancia con la que toca convivir (intersexualidad) no solo no tiene modelos que la ejemplifiquen ni palabras actuales para ser identificada correctamente (tan solo el término clásico de hermafrodita), sino que las pocas alusiones al respecto (monstruosidad) son más que confusas y erróneas, son insultantes e hirientes. Una travesía paralela a las anteriores a la par que alegoría amplificada de los retos, logros y luchas pendientes de aquellas.

“Y las montañas hablaron” de Khaled Hosseini

YLasMontañasHablaron

La dicotomía entre el hoy y el ayer es la línea temporal y narrativa en la que discurren las historias escritas hasta ahora por Khaled Hosseini sobre Afganistán a través de relatos cargados de una gran emocionalidad. A la visión de los niños de “Cometas en el cielo” y la de las niñas de “Mil soles espléndidos” le ha seguido “Y las montañas hablaron”. Esta vez la historia comienza con un niño y una niña, hermanos, unidos en el Afganistán rural de principios de la década de los 50 por el vínculo más irracional y más fuerte posible, el de la sangre, el genético. Queda así planteado el componente e hilo emocional de la historia.

A partir de ahí y al modo de un mapa de novela decimonónica surgen otros personajes cuya historia se prolonga temporal y geográficamente en “Y las montañas hablaron” como ríos, cauces que en muchos momentos luchan contra la intervención del hombre para discurrir por la senda que la naturaleza les tiene asignada. Así es como conocemos  con la precisión de un guión cinematográfico los detalles que según Hosseini definían la autenticidad rural afgana y el esplendor del Kabul que asombraba a sus habitantes y visitantes a mediados del s. XX y el que atemoriza a los actuales en el s. XXI.

Desde aquí, vamos y venimos en el tiempo con los distintos personajes a otros lugares como la actual California (donde reside una importante comunidad de afganos que emigraron tras la entrada de los soviéticos en el país en la década de los 80), el París de los revolucionarios años 60 y 70, o las islas griegas de antes y después del boom del nacimiento de la industria del turismo. En estos emplazamientos nos encontramos a su vez con otras identidades, lo que aunque constituye pequeñas historias bien construidas (podrían ser origen incluso de otras novelas), influye sobre el conjunto de la historia haciendo que esta se aleje del que presupones su centro argumental y narrativo, las emociones asociadas a determinados lugares, las de los personajes que te atraparon en las primeras páginas como originadores y articuladores de esta historia.

Por momentos se plantea la duda de qué o quién es el eje central de la lectura, quién nos lo narra –si el autor o determinados personajes- y qué ha sido de aquellos flecos narrativos que en el avance de las páginas se han quedado atrás. Aunque al estilo de las grandes novelas, todo está planteado para que las piezas confluyan y el resultado sea más que la suma de sus partes, esa magia en la que uno más uno resultan tres no surge en “Y las montañas hablaron”.

En cualquier caso, un relato entretenido con el que prolongar la lectura de las obras anteriores de Khaled Hosseini  y acceder desde su sensible punto de vista a la realidad humana, cultural y social de un país que no vemos por el conflicto y la violencia en que viven desde hace ya más de tres décadas.

(imagen tomada de amazon.es)