Afirmaciones desmontadas con argumentos expuestos con precisión, fundamentados en datos y redactados con sencillez. Más de cincuenta creencias liberadas de los prejuicios y mitos asociados para hacernos conscientes de cómo construimos irrealidades que, en mayor o medida, lastran nuestra visión del mundo y nuestra manera de relacionarnos con él.

Conocí el blog de El Órden Mundial hace algo más de un año vía twitter. Un titular, Cuando el patrimonio cultural es víctima de la guerra, me llamó la atención. La lectura posterior, además de entretenida, me resultó muy ilustrativa. Tono correcto, artículo bien documentado e hilado y sin dogmatismo alguno, dejando claros los hechos, así como las cuestiones a las que no podía ni pretendía dar respuesta. Con esa misma impresión acabo ahora El mundo no es como crees.
Secciones y contenidos sobre economía, historia, geografía, política o religión. Desmontando conceptos tan escuchados que ni recuerdo si alguna vez puse en duda su supuesto significado, como el de huelga a la japonesa, o cuestiones que se dan por hecho una y otra vez en los medios de comunicación, como las presuntas injerencias de Rusia en muchas de las crisis occidentales. Con un enfoque mezcla de academicismo y didáctica que consigue un doble efecto de cercanía y pedagogía, y que no solo hace la lectura amena, sino también instructiva.
El punto de partida de todos ellos está en la interrogante del por qué, en qué se basa y cuánto hay de cierto en lo que asumimos. Hipótesis a partir de la cual busca las fuentes que le ofrezcan los datos con que rebatir o consolidar estas afirmaciones que hemos tomado como verdades universales. A continuación contextualiza ambas aproximaciones a la realidad, teniendo en cuenta la falsedad y la veracidad de una y otra, y propone los vínculos con otras cuestiones que influyeron para que lo erróneo o lo inexacto se estableciera en nuestro imaginario colectivo.
Se le podría acusar de un acercamiento liviano, más centrado en relatar que en analizar, lo que siempre implica el riesgo de tener que posicionarse y argumentar el porqué de ese enfoque. Pero los redactores de El Órden Mundial sí que se mojan en temas tan candentes como el supuesto origen de laboratorio o la afectación a la globalización de la COVID-19, y en otros en los que nos queda mucho por (des)aprender como en todo lo relacionado con el mundo árabe, la religión del islam o las presunciones sobre la democracia.
Se agradecen libros así, libres de pretenciosidad y sin las injerencias ruidosas de los montajes editoriales, audiovisuales o radiofónicos de muchas cabeceras informativas que, supuestamente, pretenden informar. Medios de comunicación que se olvidan de la derivada deontológica que implica informar, formar a todo aquel que vea, escuche o lea su trabajo. Elaborar la información y exponerla de manera clara y ordenada, explicando los términos que no resulten familiares, señalando los factores que generan causalidades y ofreciendo indicadores o argumentos que permitan relativizar y ponderar la importancia y trascendencia de lo transmitido.
El Órden Mundial es un título al que volver, que (re)leer con modestia y humildad, dispuestos a enmendar y corregir cuanto sea necesario para tener una visión más correcta y menos tendenciosa del mundo en el que vivimos y de muchas de las personas con las que lo compartimos.
El mundo no es como crees, VV.AA. (El Órden Mundial), 2020, Editorial Ariel.