Divertida puesta al día de un texto clásico con actores resueltos en una puesta en escena que consigue su objetivo, entretener y hacer sonreír a sus espectadores.
Un texto del siglo XVIII podría darnos pie a pensar que su representación va a estar plagada de giros lingüísticos que no entendemos, lo que unido a los ritmos del teatro clásico hacer que vayamos a ser testigos de una función lenta y con riesgo de provocarnos hastío. Pues si vamos a las Naves del Español con estas ideas saldremos comprobando que los prejuicios en muchas ocasiones solo dan lugar a que nos perdamos oportunidades de disfrutar y pasarlo muy bien.
Desconozco el libreto original de Pierre de Marivaux, publicado en 1724 bajo el título original de “El príncipe travestido”, pero está claro que el trabajo de actualización a la audiencia de hoy en día de Amelia Ochandiano está bien hecho. Despiertan sonrisas sus momentos “entre el podemos y el ganemos” o el real “lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir”, y a la par que huye de las pretensiones, tiene como mar de fondo para el público más sesudo una lectura política de la posible aceptación por parte de la Princesa de Barcelona de la propuesta matrimonial del Príncipe de Castilla.
A esta puesta a punto se le suma el protagonismo de la televisiva Cristina Castaño como la Princesa de Barcelona. Una actriz resuelta, con presencia y dotes para el vodevil muy bien aprovechadas en esta función. Características similares con las que definir el trabajo de Iker Lastra interpretando al militar Lelio, hombre de alto rango que se hace pasar por ser humilde para conocer la verdadera naturaleza de las personas que se encuentra a su paso. Tras ellos dos secundarios que son los que resultan ser los que más brillan sobre el escenario, Itziar Atienza como Hortensia, la confidente de la princesa y mujer enamorada en correspondencia con Lelio (de quien está enamorada a su vez la princesa), y Juanjo Cucalón, el hombre de confianza de Lelio, rastrero, entregado y fácilmente vendido ante el mejor postor. Él precisamente cae víctima de los dos últimos personajes de la función, Federico (Juan Gea), el hombre de la corte de Barcelona dispuesto a ascender llevándose por delante a Lelio, y Luisita, una pizpireta y graciosa Mariola Fuentes, la doncella que está siempre ahí donde nadie la espera enterándose de todo y ofreciendo su amor como mercancía.
Entre todos estos enredos transcurre “El lenguaje de tus ojos”. Personajes que entran y salen de escena sin parar, diálogos con doble sentido, gestualizaciones con un punto de exageración, un decorado lleno de cornamentas, momentos de coreografía y juegos escenográficos varios con música de por medio,…, elementos varios que provocan risas, y hasta alguna carcajada, más o menos continuas entre la platea de espectadores que al finalizar la función abandonan la sala con cara de satisfacción.
“El lenguaje de tus ojos o el príncipe travestido”, hasta el 22 de marzo en las Naves del Español (Madrid).