Entrevistas, conversaciones e intercambios de experiencias, pensamientos e impresiones entre dos mujeres con mucho vivido y que aportar. La primera, recién llegada a la Alcaldía de Madrid tras una larga carrera como jurista. La segunda, avalada por una trayectoria periodística bregada en mil escenarios. Un trabajo con el que conocer un poco más la visión con que Carmena asumió la responsabilidad política sin mayor pretensión que la de mejorar la vida de sus conciudadanos.

El 13 de junio de 2015 Manuela Carmena fue investida alcaldesa de la villa de Madrid. Todo un terremoto en el ecosistema político del bipartidismo. La capital de España pasaba a ser gobernada por una desconocida para los más jóvenes, pero un nombre familiar para los conocedores de la evolución de la democracia española. Una de las profesionales que se salvó por poco de la matanza en que murieron cinco compañeros suyos el 24 de enero de 1977 en su despacho de la calle Atocha, candidata a las elecciones generales de ese año por el Partido Comunista, posteriormente jueza, vocal del Consejo General del Poder Judicial y colaboradora de Naciones Unidas en asuntos relativos a detenciones arbitrarias en multitud de países.
Un currículo sobresaliente complementado por una personalidad optimista, un carácter dialogante, una actitud empática y una visión progresista de la convivencia que ayudó a conocer este título publicado pocos meses de estrenarse en el cargo de regidora. La encargada de plantear las preguntas oportunas y de generar el ambiente que diera lugar a que surgiera ese caudal de información, planteamientos, pensamientos y reflexiones fue Maruja Torres. Una periodista todo terreno, de las que se deja la piel en su cometido. Una profesional de la información que tal y como dejó bien claro en las memorias que publicó en 1999, Mujer en guerra, no traslada únicamente lo que sabe por haberse documentado, sino también aquello que ha experimentado y contrastado.
Teniendo en cuenta la atmósfera de trincheras y tensión o de zalamería y promoción en que se desarrollan muchas de las entrevistas políticas que vemos, escuchamos o leemos hoy en día en multitud de medios de comunicación, puede resultar extraño leer los intercambios amables y cordiales que mantienen Manuela y Maruja a lo largo de varios meses. Cierto es que no esconden su coincidencia y confluencia, pero antes que eso está la simpatía y el respeto que se profesan, lo que permite que la información fluya y se alcance la profundidad que ambas pretenden. Una para sentir que se explica a la perfección, la otra para recoger los diversos matices que tiene lo que le está siendo trasladado.
A lo largo de las páginas de este diván se habla de escuchar de manera proactiva, del respeto institucional y de conocer el ordenamiento jurídico para saber qué se puede hacer y cómo. También se explica en qué consiste la economía de los cuidados, la necesidad de estudiar nuestro pasado para reflexionar sobre cómo hemos llegado hasta el momento presente, así como del poder transformador de la educación y la liberación que supondría romper con multitud de constructos sociales -especial y mayoritariamente sufridos por las mujeres- que nos limitan tanto a individual como colectivo. En definitiva, una manera más humana y empática de acercarse a la política, de concebir su papel y que, con sus aciertos y sus errores, Manuela Carmena practicó durante los cuatro años que fue alcaldesa de Madrid.
Manuela Carmena en el diván de Maruja Torres, Maruja Torres, 2015, Editorial Planeta.