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Segunda ola

Hace ya semanas, meses incluso, que tenemos claro en qué consiste el coronavirus y cómo podemos minimizar vernos afectados por él. Aun así, los políticos no han podido evitarlo y se han erigido una vez más en protagonistas, estrellas, divos y centros de la polémica, la noticia, la situación y la actualidad.

18/09. Gavilán o paloma. Virus o vacuna. El ying o el yang. Ayuso o Aguado.

19/09. Ciudad segregada y manipulada. A los residentes de 37 zonas de salud de Madrid se nos niega el derecho a la cultura, a visitar teatros, museos o cines a los que sí pueden acudir nuestros vecinos de una, dos o tres calles más allá. La pandemia como excusa para minar la creatividad, la reflexión y el espíritu crítico. Goebbels en el ambiente.

20/09. ¿Qué debo hacer al salir del trabajo? ¿Volver directo a mi barrio y encerrarme en sus coordenadas de asfalto o me puedo permitir paradas intermedias que me hagan sentir persona? Opto por lo segundo y el remanso de paz que transmite la exposición que la Biblioteca Nacional le dedica a Miguel Delibes por su centenario. Que el sosiego, el temple, la cordura y la sensatez del de Valladolid sean con nosotros.

21/09. Horror vacui de banderas. Patriotismo fotocopiado. España en serie. Escudos constitucionales, siete estrellas de cinco puntas, rojo, amarillo y notas de blanco. España, Madrid, simbiosis, todo junto, pegao, apelmazao, amontonao. Que no se sepa dónde acaba la España que no es Madrid y comienza la Madrid que también es España ni donde termina Madrid y continúa España.

22/09. Tanto tiempo observando y criticando qué decían, hacían y amagaban los del otro extremo nacionalista para acabar convirtiéndose en sus sucedáneos.

23/09. Políticos psicópatas, aquellos cuya supuesta candidez y media sonrisa no oculta las consecuencias de su encarnación del rodillo del neoliberalismo. Gobernantes pasivo-agresivos, esos cuyo tacticismo tiene como objetivo hacerles aparecer triunfantes, no por sus logros sino por el descalabro de su contrincante. Nerón vs. Maquiavelo.

24/09. Administraciones públicas que prometen planes de acción, ayudas, estudiar las demandas, pero no ofrecen compromisos reales (fechas, cantidades, número de personas implicadas, objetivos tangibles a conseguir…).

25/09. Se erigen como adalides de la libertad mientras nos niegan la igualdad de oportunidades.

26/09. Lo llaman gestión descentralizada, estado de las autonomías y delegación de competencias cuando la realidad es esto es mío, tú fuera de aquí, aquí mando yo

27/09. Se han declarado la guerra y les da igual que seamos sus víctimas colaterales yéndonos al paro o a la ruina, dejando sin formación a los más pequeños, haciéndonos enfermar o hasta morir.

28/09. El covid, las inhabilitaciones, la retórica de perogrullo, el partidismo, la deslealtad institucional, el desgobierno como forma de oposición política, la mentira sin pudor y la manipulación descarada… en menuda tormenta perfecta nos estamos metiendo.

29/09. Expertos, comentaristas y analistas prediciendo, suponiendo y previendo lo que va a ocurrir. Sentencias que en unos días reelaborarán o utilizarán para ensalzarse como visionarios y proponerse como asesores, opinadores y tertulianos necesarios.

30/09. Ignacio, Isabel no te escucha. No habláis. ¿Qué os pasa?

01/10. Como cada día alcanzamos una cota más alta de absurdo, paranoia e histrionismo político, ¿con qué nos sorprenderán hoy?

02/10. Trump, positivo por coronavirus. El karma o la inevitabilidad del destino y la especulación sobre si se ha convertido en la máxima encarnación de las fake news.  

03/10. Polarización, eufemismo periodístico para blanquear un escenario político que engloba mala educación, falta de respeto, empatía y autocrítica, espíritu de revancha y un ego desmedido de sus protagonistas con altas dosis de soberbia y engreimiento.

04/10. Empresas que se autocalifican como medios de comunicación pero que no son tales. Cabeceras que actúan como voceros, intermediarios y altavoces. Que no interrogan, informan y analizan, sino que vindican, manipulan y malmeten a conciencia.

50 días

Hemos doblegado la curva, la desescalada será asimétrica y gradual, ya podemos salir a la calle y hay que pensar en reactivar la economía. Pensamos en cómo será nuestra vida tras la pandemia del coronavirus y, por el momento, las respuestas tienen mucho más de elucubración que de certeza. Quizás mirar atrás, a las vivencias y reflexiones serias, duras y dolorosas pero también banales, escapistas y costumbristas de este último mes y medio, encontremos algunas de las claves que nos permitan -tanto a nivel individual como colectivo- reinventarnos y liberarnos de la incertidumbre.

10/03. Se suspenden las clases. A partir de mañana, #teletrabajo y #quédateencasa si puedes.

11/03. No está de más volver a leer La peste de Albert Camus.

12/03. Efectos del cambio climático, coronavirus… por mucho que nos empeñemos, la naturaleza tiene su propio ritmo y se impone a nuestro de deseo de control y de poder sobre ella.

13/03. Aplausos a las ocho, #GraciasSanitarios.

14/03. Lo del «estado de alarma» va camino de ser «estado de alarma en diferido».

15/03. La globalización no es solo viajar a donde quieras y que lo que tienes sea fabricado en el tercer mundo para que te resulte más barato. La globalización es también que otros lleguen hasta donde vives tú y que los males del tercer mundo también te afecten a ti.

16/03. Medios de comunicación: ¿qué tal sustituir el «Urgente» por «Última hora»?

17/03. Cada vez que miro a la calle desde el balcón me siento como James Stewart en La ventana indiscreta.

18/03. El mensaje de Felipe VI hubiera valido el sábado o el domingo (pero estaba en otras cosas). Ha llegado tarde y con una retórica vacía.

19/03. ¿Cuánto € nos hemos ahorrado con los recortes en sanidad pública realizados desde hace diez años? ¿Cuál será el sobrecoste ocasionado por la pandemia? Los que propugnaban su privatización seguro que no querrán responder a la segunda cuestión.

20/03. Cuando todo esto pase, habrá tortas para coger hora en la peluquería.

21/03. #DíaMundialDeLaPoesía, excusa perfecta para volver a Roma, peligro para caminantes con los versos, los sonetos y las canciones de Rafael Alberti.

22/03. El padre de Jorge, uno de los casi 400 fallecidos de hoy. Ingresó el viernes, en solo dos días el virus le venció.

23/03. El primo Filiberto, uno de los 2.696 fallecidos hasta hoy. No pudieron enterrarle hasta nueve días después.

24/03. Triste noticia, se nos va Terrence McNally, uno de los mejores dramaturgos.

25/03. El hermano de Reme, 66 años, uno de los 738 fallecidos de hoy.

26/03. Hay más gente haciendo directos en instagram que seguidores viéndoles.

27/03. #DíaMundialDelTeatro, dame teatro que me da la vida.

28/03. El padre de Juan, uno de los 27 fallecidos en menos de un mes en la residencia de ancianos de Ciempozuelos en la que vivía. No pudo acompañarle ninguno de sus tres hijos.

29/03. Toda crisis tiene momentos en que parece que más que hacia la solución se va hacia el desastre, #Resiliencia.

30/03. Si después de las vacaciones es cuando más parejas rompen, ya verás tú tras el confinamiento. El algoritmo de las apps de ligue va a echar humo.

31/03. ¿Qué nos está salvando, aliviando, esperanzando, entreteniendo y motivando a muchos? El cine, los libros, el teatro, la música, las exposiciones on line… La cultura.

01/04. #DíaDelLibroLGTB, excusa perfecta para volver a recomendar Nos acechan todavía de Ramón Martínez, un ensayo con el que entender los retos, dificultades y agentes que hacen frente en la actualidad al movimiento LGTBI.

02/04. Tenemos que cuidar la salud para que la economía vuelva a ser lo primero, dice el Ministro de Sanidad. ERROR. La prioridad debemos ser siempre las personas. ¿Cómo? A través de los pilares del llamado estado del bienestar (sanidad, educación, cultura, derechos laborales…). Quizás el ERROR está en haber depredado esas áreas de actuación política supeditándolas a la economía bajo términos como gasto, coste, productividad u oferta y demanda.

03/04. ¿Por qué gritan algunos periodistas en las conexiones en directo?

04/04. A lo mejor la deslocalización industrial dando por hecho que el grifo del made in Asia se abriría cada vez que quisiéramos no fue tan buena idea.

05/04. No había usado chándal tantos días seguidos desde que estudiaba la EGB.

06/04. En estos días de incertidumbre, hay una imagen que viene una y otra vez a mi cabeza, la del Perro semihundido que Goya pintara allá por 1820 y que se puede ver en el Museo Nacional del Prado.

07/04. Los ERTEs no parecen afectar a los diseñadores, redactores y distribuidores de bulos y fake news.

08/04. El Ministro de Cultura, sin ideas ni voluntad cultural.

09/04. La nevera vacía y Mercadona cerrado, en un acto de subversión voy a comprar a Supersol. Llueve, luzco un chándal rojo y el único impermeable que tengo es verde, parezco la bandera de Portugal.

10/04. El Gobierno se da por enterado del #apagóncultural, ahora falta lo importante, que lleguen los hechos.

11/04. Entre la fatal comunicación y argumentación de unos y la inquina y el griterío de los otros, #AsíNo.

12/04. ¿Se podría hacer un recopilatorio de los bulos y fakes que cada medio de comunicación ha inventado y/o ayudado a difundir?

13/04. #DíaInternacionalDelBeso, ¿cómo besarse evitando el contacto físico?

14/04. Todos nos preguntamos lo mismo, y después, ¿qué?

15/04. #DiaMundialDelArte, jornada perfecta para recordar y reivindicar una vez más a #KeithHaring, un creador fresco, ingenioso y comprometido que dio imagen y estilo a los años 80.

16/04. He bajado a tirar la basura y me he sentido como un inocente que, tras actuar en defensa propia, intentaba no ser pillado en el momento en que se deshacía de las pruebas incriminatorias.

17/04. Escucho decir a un tertuliano en un programa de televisión: «sobre ese tema no puedo opinar, no tengo criterio«.

18/04. Dejar salir a los niños a la calle durante el confinamiento, ¿debate psicopedagógico o excusa para el enfrentamiento político?

19/04. Por qué cada vez que aparece un político de la oposición ya sabemos, antes de que abra la boca, qué va a decir y en qué tono. Porque solo se quejan de la acción del Gobierno sin aportar propuesta o medida alguna.

20/04. ¿Volverán a poner en duda que la tierra es redonda gritando que es plana? ¿Negarán la evolución de las especies afirmando que tienen pruebas de que llegaron en el arca de Noé? #TodoEsPosible.

21/04. Que los promotores y defensores de la ley mordaza pongan ahora el grito en el cielo porque la Guardia Civil investigue el uso delictivo y malintencionado que se pueda hacer de las RR.SS.

22/04. Espero que la pandemia haga ver lo importante que es realizar una correcta comunicación por parte de AAPP, partidos políticos, empresas e instituciones; que no se puede improvisar y exige contar con profesionales expertos en la materia.

23/04. #DíaDelLibro, jornada en la que recordar que los libros nos acompañan, guían, entretienen y descubren realidades, experiencias y puntos de vista haciendo que nuestras vidas sean más gratas y completas, más felices incluso.

24/04. Me fascinan la burbuja de egofantasía y el vacío existencial que transmiten los influencers.

25/04. Los titulares de la mayoría de los periódicos y los tuits de todos los políticos estaban ya escritos antes de la comparecencia del Presidente del Gobierno.

26/04. 83 años de Guernica, 26 de abril de 1937.

27/04. La salida de los niños a la calle, ¿ayuda para sobrellevar el confinamiento o inicio de la desescalada? Pensaba que era lo primero, pero parece que la mayoría se lo ha tomado como lo segundo.

28/04. Decían que el Estado no era quién para indicarles cómo educar a sus hijos y ahora, si alguien no respeta la distancia social, acusan al Estado de no haberles explicado correctamente cómo se hace, #CriticarPorCriticar.

29/04. 45 días seguidos comiendo pizza, método Díaz Ayuso para mantenerte sano y en forma.

30/04. La vida por fases y horarios, #LaNuevaNormalidad (26.771 fallecidos hasta hoy).

Y después, ¿qué?

El aislamiento físico, que no social por obra y gracia de la tecnología, está haciendo que estas sean jornadas de reflexión y de no pensar, de dejarse llevar sin más y de reparar sobre asuntos en los que no lo hacíamos hasta ahora. De escuchar opiniones que iluminan y leer análisis que decepcionan. De echar la vista atrás para intentar comprender qué nos ha llevado hasta aquí y mirar hacia adelante para dilucidar cómo resolveremos y superaremos las consecuencias de lo que estamos viviendo.

Esto no acaba aquí. Las crisis no finalizan cuando se ha resuelto la urgencia y se cree tener la situación bajo control. Si no se actúa correctamente, ese puede ser un momento tan o más peligroso y potencialmente desestabilizador que los, aparentemente, ya superados. Hay que tomar buena nota de lo sucedido, de cómo nos hemos sentido, de quiénes han dado lo mejor de sí mismos (sanitarios desbordados, transportistas, cajeros y limpiadores soportando los servicios básicos, fuerzas y cuerpos de seguridad manteniendo el orden por el bien de todos), han enfermado o se han quedado en el camino por el dichoso virus. De cómo vamos a levantar los negocios y los medios de ganarse la vida, temporal o definitivamente, derrumbados; acompañar anímica y emocionalmente a los recuperados; y honrar a los que, por desgracia, ya no nos acompañan. Personas con nombres y apellidos, que dejan un vacío en sus familias, círculos de amigos y conocidos, que han de ser respetadas y no formar parte, más que en este sentido, de argumentario ideológico alguno.

Autocrítica antes que crítica. Mirar primero dentro de uno mismo para identificar qué no se hizo y qué se podría haber hecho mejor o de manera más efectiva y eficiente. Qué o a quién no se tuvo en cuenta y por qué. Si por desconocimiento de las habilidades y posibilidades de la institución o personalidad a la que se debería haber recurrido. Si por falta de conocimiento técnico, experiencia o de habilidades como la empatía y el diálogo. O de principios como la honestidad y la transparencia. O por exceso de ego, soberbia e indignidad, tanto de los encargados de gestionar la situación (a nivel científico, administrativo y gubernamental) como de los de interrogar sobre su actuación (oposición política, medios de comunicación).

Aceptar la imposibilidad de controlarlo y saberlo todo. La naturaleza está por encima del hombre y si algo nos ha dejado claro estas semanas es que somos un elemento más del ecosistema al que da vida. No hay otra opción más que la de respetarla, valgan como ejemplo imágenes como el cielo de grandes urbes sin su característica boina de contaminación o la inaudita transparencia de las aguas de otras tantas ciudades, libres de los miles de turistas que las abarrotaban a diario hasta hace bien poco. Considerarla únicamente como un instrumento, medio o recurso al servicio de nuestra productividad, rentabilidad y funcionalidad nos llevará a darnos de bruces, una y otra vez, contra su poder, fuerza y energía.

«Tenemos que cuidar la salud para que la economía vuelva a ser lo primero«, escuché días atrás al Ministro de Sanidad. Claro que la economía es importante, fundamental, básica y prioritaria, pero ¿no debiéramos ser lo primero, y siempre, las personas? ¿Cómo? A través de los pilares del llamado estado del bienestar (sanidad, educación, cultura, derechos laborales…). Un punto fundamental del análisis que debemos hacer tras superar la fase más crítica de lo que estamos viviendo, evitar muertes, será reflexionar sobre el sistema que estructura, dirige y nuestro modelo de sociedad y en el que todo, absolutamente todo, parece estar supeditado a la monetización, valoración y maximización económica y al individualismo, clasismo y sálvese quien pueda que este enfoque, en mayor o menor medida según el país, región o lugar en el que pongamos el foco, suele traer consigo.

Si de verdad queremos ser sostenibles, debemos entender unanimemente que la sostenibilidad no consiste en un ajardinar lo que, por otro lado, esquilmamos medioambientalmente; justificar con eufemismos y discursos vacíos el enriquecimiento de unos pocos a costa de la dignidad de muchos; y compensar con caridad marketiniana el maltrato y la explotación humana que ejercemos fuera de nuestro campo de visión. Solo así, y considerando este enfoque en nuestro ámbito de actuación, por muy pequeño que este nos parezca (a la hora de consumir, viajar o votar) conseguiremos resultados que nos permitan ser una sociedad más cohesionada y coherente y en la que todos sus integrantes tengamos iguales oportunidades, tanto de vivir de manera satisfactoria como de, asumiendo las responsabilidades que nos corresponden, colaborar activamente en su progreso y desarrollo.

Sin ideas ni voluntad cultural

Decepcionante rueda de prensa ayer del Ministro de Cultura, anunciando que no se implementarán medidas específicas de apoyo al sector al que representa hasta que se solucione la crisis sanitaria que estamos viviendo.

Primero la vida y después el cine”, dijo usted ayer parafraseando a Orson Welles. Por supuesto, Señor Rodríguez Uribes, por supuesto. Pero ya hay quien, en el Gobierno del que usted forma parte, se está encargando de tan innegable prioridad, no necesita usted que se lo recordemos. De hecho, está apoyado en tarea tan vital de los titulares de otras carteras, y no siendo la que usted lidera una de ellas en primera instancia, le presuponemos -además de colaborando con sus colegas en lo que corresponda- dedicado a capa y espada a alentar, ayudar y apoyar la defensa, promoción y desarrollo de los diferentes gremios a los que representa. Como bien sabe, la gestión de toda crisis implica no solo resolver la urgencia del ahora, sino evitar o minimizar, en la medida de lo posible, las dolorosas consecuencias posteriores.

Estamos de acuerdo en que estamos viviendo jornadas complicadas, arduas, muy difíciles, donde todo está sucediendo muy rápido y apenas hay tiempo de contrastar y valorar con detalle cómo responder. En las que lo nunca antes considerado, lo no preparado, las muchas faltas (de formación, experiencia y habilidades) y los postulados teóricos nunca antes, afortunadamente, llevados a la práctica están haciendo que los resultados sean una amalgama inevitable de caos, lentitud, impaciencia e incertidumbre. También con destellos de saber hacer gracias a la buena voluntad, disciplina y colaboración tanto de los que están tomando decisiones y ejecutándolas como de los que estamos de este lado. De los que nos quedamos en casa y seguimos trabajando para que nuestras vidas y nuestra sociedad, tal y como está diseñada hoy en día, sigan funcionando. Algo que, las cosas como son, no es motivo de alabanza ya que es nuestro deber como ciudadanos.  

Destacaba usted ayer el papel que la cultura está teniendo en estas jornadas de confinamiento, siendo el cine, la lectura, la música o las visitas on line a museos el refugio, el bálsamo y el aliciente que están ayudando a muchos a evadirse, reflexionar o dar forma a las cuestiones que les inquietan, preocupan y motivan. Agradecimiento que entiendo implica el reconocimiento que el arte y la creatividad tienen en el bienestar y nuestro desarrollo individual y colectivo, descubriéndonos, relacionándonos y cohesionándonos. Que está usted lejos de los que consideran estas expresiones como elementos únicamente para el ocio y el entretenimiento, y en las antípodas de los que tildan a sus autores de titiriteros.

Pero resulta poco esperanzador que en dicha rueda de prensa también afirmara que, en la convulsión en la que estamos sumidos, la cultura ya queda suficientemente atendida con los fondos transversales movilizados hasta la fecha por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital y que hay que esperar a que se resuelva la crisis sanitara (hoy por hoy, y no es por ser pesimista, sin previsión a corto plazo). O que comentara jornadas atrás que estaba manteniendo contactos discretos con representantes (productores, exhibidores y programadores, galeristas y artistas plásticos, intérpretes, músicos, libreros, escritores y editores…)  de las actividades que tienen en usted su máximo interlocutor, animándoles a que le enviaran sus propuestas.

¿No tiene usted iniciativa propia? ¿Un equipo de colaboradores y asesores que puedan aportar también ideas? La impresión que dichas afirmaciones transmiten es una nula proactividad -no sé si por su parte, su Ministerio o el Gobierno en sí- y en esta vida, o te adelantas o la realidad te lleva por delante. Algunos de sus homólogos europeos ya han anunciado dotaciones económicas extraordinarias para apoyar al sector en sus naciones. Dentro de nuestras fronteras algunas administraciones como la Comunidad de Madrid han puesto, incluso, alguna iniciativa en marcha. Tome buena nota de ellos y copie cuanto nos sea útil, complemente cuanto sea posible y desarrolle por iniciativa propia, cuanto sea necesario.

Esperamos que su discurso futuro se base en principios seguidos, medidas implementadas y resultados conseguidos, y no en el papel que la cultura tiene en nuestras vidas, en su aportación al PIB y al empleo nacional, su importancia como pilar de la marca España, la reputación y liderazgo de algunas de nuestras instituciones, los creadores y artistas patrios que triunfan más allá de nuestras fronteras… Ese argumentario ya nos lo sabemos, resulta manido, el propio de aquellos a los que la cultura les parece algo accesorio y secundario, de los que consideran la productividad económica no solo por encima de la dimensión humana, sino que ven a ésta al servicio de aquella. Estamos obligados a adaptarnos a lo que el destino nos ha puesto en el camino, sí. Es tiempo de innovar, más aún. No toca otra que reinventarse, cierto. Predique usted, por favor, con su ejemplo y liderazgo como impulsor y ejecutor de la política cultural de nuestro país.  

(Fotografía de la agencia EFE tomada de lavanguardia.com)