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10 novelas de 2022

Títulos póstumos y otros escritos décadas atrás. Autores que no conocía y consagrados a los que vuelvo. Fantasías que coquetean con el periodismo e intrigas que juegan a lo cinematográfico. Atmósferas frías y corazones que claman por ser calefactados. Dramas hondos y penosos, anclados en la realidad, y comedias disparatadas que se recrean en la metaliteratura. También historias cortas en las que se complementan texto e ilustración.

«Léxico familiar» de Natalia Ginzburg. Echar la mirada atrás y comprobar a través de los recuerdos quién hemos sido, qué sucedió y cómo lo vivimos, así como quiénes nos acompañaron en cada momento. Un relato que abarca varias décadas en las que la protagonista pasa de ser una niña a una mujer madura y de una Italia entre guerras que cae en el foso del fascismo para levantarse tras la II Guerra Mundial. Un punto de vista dotado de un auténtico –pero también monótono- aquí y ahora, sin la edición de quien pretende recrear o reconstruir lo vivido.

“La señora March” de Virginia Feito. Un personaje genuino y una narración de lo más perspicaz con un tono en el que confluyen el drama psicológico, la tensión estresante y el horror gótico. Una historia auténtica que avanza desde su primera página con un sostenido fuego lento sorprendiendo e impactando por su capacidad de conseguir una y otra vez nuevas aristas en la personalidad y actuación de su protagonista.

«Obra maestra» de Juan Tallón. Narración caleidoscópica en la que, a partir de lo inconcebible, su autor conforma un fresco sobre la génesis y el sentido del arte, la formación y evolución de los artistas y el propósito y la burocracia de las instituciones que les rodean. Múltiples registros y un ingente trabajo de documentación, combinando ficción y realidad, con los que crea una atmósfera absorbente primero, fascinante después.

«Una habitación con vistas» de E.M. Forster. Florencia es la ciudad del éxtasis, pero no solo por su belleza artística, sino también por los impulsos amorosos que acoge en sus calles. Un lugar habitado por un espíritu de exquisitez y sensibilidad que se materializa en la manera en que el narrador de esta novela cuenta lo que ve, opina sobre ello y nos traslada a través de sus diálogos las correcciones sociales y la psicología individual de cada uno de sus personajes.

“Lo que pasa de noche” de Peter Cameron. Narración, personajes e historia tan fríos como desconcertantes en su actuación, expresión y descripción. Coordenadas de un mundo a caballo entre el realismo y la distopía en el que lo creíble no tiene porqué coincidir con lo verosímil ni lo posible con lo demostrable. Una prosa que inquieta por su aspereza, pero que, una vez dentro, atrapa por su capacidad para generar una vivencia tan espiritual como sensorial.

“Small g: un idilio de verano” de Patricia Highsmith. Damos por hecho que las ciudades suizas son el páramo de la tranquilidad social, la cordialidad vecinal y la práctica de las buenas formas. Una imagen real, pero también un entorno en el que las filias y las fobias, los desafectos y las carencias dan lugar a situaciones complicadas, relaciones difíciles y hasta a hechos delictivos como los de esta hipnótica novela con una atmósfera sin ambigüedades, unos personajes tan anodinos como peculiares y un homicidio como punto de partida.

“El que es digno de ser amado” de Abdelá Taia. Cuatro cartas a lo largo de 25 años escritas en otros tantos momentos vitales, puntos de inflexión en la vida de Ahmed. Un viaje epistolar desde su adolescencia familiar en su Salé natal hasta su residencia en el París más acomodado. Una redacción árida, más cercana a un atestado psicológico que a una expresión y liberación emocional de un dolor tan hondo como difícil de describir.

“Alguien se despierta a medianoche” de Miguel Navia y Óscar Esquivias. Las historias y personajes de la Biblia son tan universales que bien podrían haber tenido lugar en nuestro presente y en las ciudades en las que vivimos. Más que reinterpretaciones de textos sagrados, las narraciones, apuntes e ilustraciones de este “Libro de los Profetas” resultan ser el camino contrario, al llevarnos de lo profano y mundano de nuestra cotidianidad a lo divino que hay, o podría haber, en nosotros.

“Todo va a mejorar” de Almudena Grandes. Novela que nos permite conocer el proceso de creación de su autora al llegarnos una versión inconclusa de la misma. Narración con la que nos ofrece un registro diferente de sí misma, supone el futuro en lugar de reflejar el presente o descubrir el pasado. Argumento con el que expone su visión de los riesgos que corre nuestra sociedad y las consecuencias que esto supondría tanto para nuestros derechos como para nuestro modelo de convivencia.

“Mi dueño y mi señor” de François-Henri Désérable. Literatura que juega a la metaliteratura con sus personajes y tramas en una narración que se mira en el espejo de la historia de las letras francesas. Escritura moderna y hábil, continuadora y consecuencia de la tradición a la par que juega con acierto e ingenio con la libertad formal y la ligereza con que se considera a sí misma. Lectura sugerente con la que descubrir y conocer, y también dejarse atrapar y sorprender.

“Todo va a mejorar” de Almudena Grandes

Novela que nos permite conocer el proceso de creación de su autora al llegarnos una versión inconclusa de la misma. Narración con la que nos ofrece un registro diferente de sí misma, supone el futuro en lugar de reflejar el presente o descubrir el pasado. Argumento con el que expone su visión de los riesgos que corre nuestra sociedad y las consecuencias que esto supondría tanto para nuestros derechos como para nuestro modelo de convivencia.

Cuando en marzo de 2020 el presente tornó en distopía por causa del estallido de la pandemia de la COVID19, el futuro explotó. Si siempre está por concretar cuándo y cómo será, pero dentro de unos escenarios más o menos previsibles, estos quedaron superados por cuanto podíamos imaginar. Hubo quien recurrió a la literatura o al cine para elucubrar, pero Almudena Grandes (1960-2021) hizo algo más interesante y valioso, partir de la actualidad. Si a lo largo de toda su carrera, y tomando como base su vocación y formación como historiadora, había analizado el presente y el pasado en sus novelas (he ahí Los besos en el pan y los Episodios de una guerra interminable), cuentos (Estaciones de paso) y artículos (como los recopilados en La herida perpetua), en ese momento se fijó en el interlineado, los dobles sentidos y los enunciados que albergan más allá de los titulares determinados discursos políticos, económicos y sociales que dicen promover la libertad, la riqueza y el progreso mientras generan desigualdad, precariedad e injusticia.

A partir de lo que estaba sucediendo (estado de alarma, confinamiento e incertidumbre total sobre lo que ocurría y cómo resolverlo), y tomando como filtro su siempre claro posicionamiento ideológico, Almudena supuso qué deriva podía tomar la situación si esos actores, deseosos no de gobernar, sino de ostentar el poder única y exclusivamente en beneficio propio, se hacían con el control de las instituciones manipulando y mintiendo, apoyándose en el populismo y la corrupción.

Con esa premisa dibuja un escenario general, que implica a toda la sociedad española, y lo concreta en una serie de personajes con los que muestra cuál sería el resultado en términos de seguridad, censura mediática o falta de libertad de expresión y movimiento, y en ámbitos como la justicia, el comercio, el trabajo o el ocio. Un mapa narrativo tan amplio y completo, bien trazado y conectado, fundamentado y casi concluido como suele ser habitual en ella.

Y digo casi porque es sabido que el destino no le dejó escribir, pero sí bocetar en sus cuadernos, el último capítulo y haber revisado el conjunto resultante. Aun así, la lectura de Todo va a mejorar resulta consistente, entretenida y adictiva. Nos deja con la duda de si, de haber podido trabajarla tal y como esperaba hacerlo, hubiera permanecido como la buena novela que es o alcanzado la categoría de sobresaliente a la que nos tenía acostumbrados desde hace tanto tiempo. Duda que concreto en su construcción de la línea temporal, no siempre explicitada y que hace que las atmósferas emocionales oculten el ordenamiento cronológico que ella presuponía para el devenir de un país regido por los principios del Movimiento Ciudadano Soluciones Ya. La segunda interrogante es, y ya que el futuro no se puede documentar, si hubiera pulido todo lo referente a soluciones y elementos tecnológicos para ir más allá de una redacción, a este respecto, enfocada a solventar su funcionalidad argumental. 

Todo va a mejorar, Almudena Grandes, 2022, Tusquets Editores.

«Los planes de Dios» y la voluntad del hombre

Transgredir. Pero no con el ánimo de provocar o escandalizar. Sino de romper con el presente, cambiar las normas y conseguir que la libertad sea una realidad y no una utopía. Una propuesta que engancha por la buena voluntad de su puesta en escena y por su capacidad de conectar con sus espectadores de una manera completamente performativa.

Los planes de Dios parte del hecho de haber sido concebida durante el confinamiento que vivimos en la primavera de 2020. Rezuma ganas de escapar, eclosionar y transformar cuanto sea necesario para dar pie a un orden natural, que no nuevo porque cree que ya existe, pero por el que nadie se atreve a luchar de verdad. Su empeño es pasar de la teoría a la práctica arrasando la actual praxis social, política e intelectual. Sin embargo, el texto de José Andrés López, también intérprete y director, es sutil y reflexivo. Argumenta, expone y debate. No parte de afirmaciones contundentes, no arroja miradas concretas y tampoco concluye en juicios absolutos. Solo grita un basta ya, así no, suficiente, que hace confluir su presencia y su verbo con la mirada y la emoción de su espectador.

Su expresión parte de la necesidad. Manifestarse o morir. Gritar o ahogarse. Verbalizar o quedarse mudo de por vida. Y por ello es que la representación sobre el escenario no consiste solo en palabra y cuerpo, sino también en movimiento y energía. Interior unas veces y canalizada con orden. Exterior otras, adueñándose del cuerpo de José Andrés, manipulándolo y formateándolo a su antojo.

Además de personaje, de alguien con identidad propia, él también es el medio que intercede entre nosotros y ese plano más allá que nos hace prisioneros (a través de la enfermedad, los prejuicios o las dependencias), así como con ese otro que nos reclama auténticos. Su físico -guiado por la labor coreográfica de Silvi Mannequeen- es el campo de batalla en el que luchan las exigencias y las imposiciones contra las ilusiones y las posibilidades.

Entre proyecciones audiovisuales y grafismos firmados por Virginia Rota, y una ambientación musical que viaja entre lo hipnótico y lo sensual, de la mano de Carlos Gorbe (Tiananmen), José Andrés se entrega completamente a su cometido. Se transforma física y emocionalmente, metamorfosis en la que se ve acompañado por un vestuario y una caracterización evocadora del movimiento punk. Muy propio para su propósito de plasmar el conflicto, la sumisión y la agresividad que todo individuo vive, siente y transmite a su vez en la distopia en la que está inmerso.

Conflicto que marca tanto su relación consigo mismo como con la sociedad de la que forma parte y con la maquinaria que supuestamente le controla, conduce y determina. Una bomba de relojería que nos deja con la duda de si la suya es una propuesta catártica, un grito ahogado que nos reclama abrir los ojos, ser valientes y actuar, o un ejercicio de escapismo tras el cual volver a la zona de confort de la opresión, la queja y el lamento en el que estamos instalados.

Los planes de Dios, en Nave 73 (Madrid).

La pintura analógica de Alfonso Albacete

Resultado de la experiencia real, la observación y la conexión con el lugar en el que se posa la mirada. Así surge este conjunto de obras, realizadas en su gran mayoría durante los últimos dos años y que, como es habitual en su autor, aúnan la frescura de lo actual con el dinamismo que surge cuando confluyen motivación e inspiración, búsqueda y encuentro.  

Alfonso es un hombre serio, se expresa muy bien. Al igual que los pinceles, sabe utilizar muy bien las palabras. Las selecciona apropiadamente y las maneja con precisión. Pero el rigor no está reñido con la retranca de que impregna, cuando lo considera necesario, su inteligente retórica. De ahí el título de esta muestra en que presenta su producción más actual, incluyendo Días de mayo, la primera imagen que creó tras permanecer casi dos meses confinado en su casa por el mismo motivo que lo estuvimos todos los demás.

Pinturas analógicas por lo que tienen de semejanza con la realidad, de traslación de su mirada al lienzo y expresión de su manera de percibir y seguir investigando, progresando y aprendiendo a partir de cuanto le sorprende cada día. Sea porque no se había percatado hasta ahora, sea porque no tuvo contacto con ello hasta etapas más recientes de su biografía. Es su caso con las culturas orientales, esas a cuyos lugares naturales ha viajado en cantidad de ocasiones y por cuyos conceptos, principios e intenciones se deja influir cuando así lo considera su estado de ánimo. Analógicas, también, en contraposición a lo digital y a sus algoritmos que, supuestamente, saben de nuestros gustos, intereses y necesidades más aún que nosotros mismos.

Hay tres temas o miradas en esta muestra de Albacete en el espacio principal de la Galería Marlborough de Madrid. Los interiores y vistas desde los espacios de su cotidianidad, el cielo y las acumulaciones de vegetación. Además de una sala menor reconvertida en una instalación sui generis que sintetiza cómo es su estudio. Un lugar que aúna energía y orden, en el que las ideas se concretan en dibujos, bocetos, acuarelas y conatos de lo que quizás esté por venir, al amparo de fotografías que ilustran tanto su biografía como sus pilares emocionales. Papeles en los que anota los conceptos sobre los que gira su pensamiento y, en consecuencia, sus creaciones. Transformación. Voluntad. Crecimiento. Naturaleza. Pensamiento. Divinidad. Reproducción. Trascendencia. Muerte. Desaparición. Nacimiento.    

El lírico minimalismo de la serie Tiempos transmite paz y pausa el tempo interno de su espectador. Seis cielos de proporciones 1:1 y distintos tamaños, que una bandada de aves cruza sobre sus diferentes veladuras cromáticas. Una mirada a lo alto que evoca la búsqueda del paraíso en el cielo de la cultura islámica, ecos de su infancia y de sus muchas estancias en el litoral almeriense que en su día fue Al-Andalus. Lo que siempre está ahí, lo que forma parte del devenir y de los ciclos naturales, independientemente de los objetivos y visiones de la mente capitalista, estratega y futurista, huidiza del aquí y ahora, del hombre.  

El rural de su infancia (nació en Antequera en 1950 y después vivió en Murcia hasta que llegó a Madrid en 1972), el agua que corre y que se estanca actuando como reflejo de su entorno, la frondosidad de la vegetación, las plantas que se acomodan al espacio en el que nacen. Todo lo que estos elementos, por sí mismo y en su unión, tienen de azar y de casual, de capricho, pero también de sentido y equilibrio están en otras telas. Piezas con recursos como la pintura que deja fluir de arriba abajo creando su propio cauce, o con extras de acrílico seco aplicado sobre ellas, juego intervencionista que las amplía tridimensionalmente o yendo más allá de la superficie acotada por su bastidor.    

Antes que pintor, Alfonso fue arquitecto y quizás por eso las proporciones, perspectivas y composiciones de interiores y paisajes siguen formando parte de su obra. Más de cuatro décadas de trayectoria y 80 exposiciones, y sigue haciendo de su estudio un espacio no solo en el que estar y trabajar, sino en el que ser y transmitir a través, desde y con él. De ahí que lo siga representando como un lugar lleno de luz y vida, en el que se puede sentir el pulso de la creación y la convicción de lo que está haciendo. No como un espacio sacro, sino como coordenadas en las que se pueden deducir sus influencias (el constructivismo ruso, la abstracción americana o el barroco español) y su particular visión de su oficio y labor. Tal y como él dice, y la suya es ejemplo de ello, la pintura está viva.

Pinturas analógicas, Alfonso Albacete, Galería Marlborough (Madrid), hasta el 9 de enero de 2021.

50 días

Hemos doblegado la curva, la desescalada será asimétrica y gradual, ya podemos salir a la calle y hay que pensar en reactivar la economía. Pensamos en cómo será nuestra vida tras la pandemia del coronavirus y, por el momento, las respuestas tienen mucho más de elucubración que de certeza. Quizás mirar atrás, a las vivencias y reflexiones serias, duras y dolorosas pero también banales, escapistas y costumbristas de este último mes y medio, encontremos algunas de las claves que nos permitan -tanto a nivel individual como colectivo- reinventarnos y liberarnos de la incertidumbre.

10/03. Se suspenden las clases. A partir de mañana, #teletrabajo y #quédateencasa si puedes.

11/03. No está de más volver a leer La peste de Albert Camus.

12/03. Efectos del cambio climático, coronavirus… por mucho que nos empeñemos, la naturaleza tiene su propio ritmo y se impone a nuestro de deseo de control y de poder sobre ella.

13/03. Aplausos a las ocho, #GraciasSanitarios.

14/03. Lo del «estado de alarma» va camino de ser «estado de alarma en diferido».

15/03. La globalización no es solo viajar a donde quieras y que lo que tienes sea fabricado en el tercer mundo para que te resulte más barato. La globalización es también que otros lleguen hasta donde vives tú y que los males del tercer mundo también te afecten a ti.

16/03. Medios de comunicación: ¿qué tal sustituir el «Urgente» por «Última hora»?

17/03. Cada vez que miro a la calle desde el balcón me siento como James Stewart en La ventana indiscreta.

18/03. El mensaje de Felipe VI hubiera valido el sábado o el domingo (pero estaba en otras cosas). Ha llegado tarde y con una retórica vacía.

19/03. ¿Cuánto € nos hemos ahorrado con los recortes en sanidad pública realizados desde hace diez años? ¿Cuál será el sobrecoste ocasionado por la pandemia? Los que propugnaban su privatización seguro que no querrán responder a la segunda cuestión.

20/03. Cuando todo esto pase, habrá tortas para coger hora en la peluquería.

21/03. #DíaMundialDeLaPoesía, excusa perfecta para volver a Roma, peligro para caminantes con los versos, los sonetos y las canciones de Rafael Alberti.

22/03. El padre de Jorge, uno de los casi 400 fallecidos de hoy. Ingresó el viernes, en solo dos días el virus le venció.

23/03. El primo Filiberto, uno de los 2.696 fallecidos hasta hoy. No pudieron enterrarle hasta nueve días después.

24/03. Triste noticia, se nos va Terrence McNally, uno de los mejores dramaturgos.

25/03. El hermano de Reme, 66 años, uno de los 738 fallecidos de hoy.

26/03. Hay más gente haciendo directos en instagram que seguidores viéndoles.

27/03. #DíaMundialDelTeatro, dame teatro que me da la vida.

28/03. El padre de Juan, uno de los 27 fallecidos en menos de un mes en la residencia de ancianos de Ciempozuelos en la que vivía. No pudo acompañarle ninguno de sus tres hijos.

29/03. Toda crisis tiene momentos en que parece que más que hacia la solución se va hacia el desastre, #Resiliencia.

30/03. Si después de las vacaciones es cuando más parejas rompen, ya verás tú tras el confinamiento. El algoritmo de las apps de ligue va a echar humo.

31/03. ¿Qué nos está salvando, aliviando, esperanzando, entreteniendo y motivando a muchos? El cine, los libros, el teatro, la música, las exposiciones on line… La cultura.

01/04. #DíaDelLibroLGTB, excusa perfecta para volver a recomendar Nos acechan todavía de Ramón Martínez, un ensayo con el que entender los retos, dificultades y agentes que hacen frente en la actualidad al movimiento LGTBI.

02/04. Tenemos que cuidar la salud para que la economía vuelva a ser lo primero, dice el Ministro de Sanidad. ERROR. La prioridad debemos ser siempre las personas. ¿Cómo? A través de los pilares del llamado estado del bienestar (sanidad, educación, cultura, derechos laborales…). Quizás el ERROR está en haber depredado esas áreas de actuación política supeditándolas a la economía bajo términos como gasto, coste, productividad u oferta y demanda.

03/04. ¿Por qué gritan algunos periodistas en las conexiones en directo?

04/04. A lo mejor la deslocalización industrial dando por hecho que el grifo del made in Asia se abriría cada vez que quisiéramos no fue tan buena idea.

05/04. No había usado chándal tantos días seguidos desde que estudiaba la EGB.

06/04. En estos días de incertidumbre, hay una imagen que viene una y otra vez a mi cabeza, la del Perro semihundido que Goya pintara allá por 1820 y que se puede ver en el Museo Nacional del Prado.

07/04. Los ERTEs no parecen afectar a los diseñadores, redactores y distribuidores de bulos y fake news.

08/04. El Ministro de Cultura, sin ideas ni voluntad cultural.

09/04. La nevera vacía y Mercadona cerrado, en un acto de subversión voy a comprar a Supersol. Llueve, luzco un chándal rojo y el único impermeable que tengo es verde, parezco la bandera de Portugal.

10/04. El Gobierno se da por enterado del #apagóncultural, ahora falta lo importante, que lleguen los hechos.

11/04. Entre la fatal comunicación y argumentación de unos y la inquina y el griterío de los otros, #AsíNo.

12/04. ¿Se podría hacer un recopilatorio de los bulos y fakes que cada medio de comunicación ha inventado y/o ayudado a difundir?

13/04. #DíaInternacionalDelBeso, ¿cómo besarse evitando el contacto físico?

14/04. Todos nos preguntamos lo mismo, y después, ¿qué?

15/04. #DiaMundialDelArte, jornada perfecta para recordar y reivindicar una vez más a #KeithHaring, un creador fresco, ingenioso y comprometido que dio imagen y estilo a los años 80.

16/04. He bajado a tirar la basura y me he sentido como un inocente que, tras actuar en defensa propia, intentaba no ser pillado en el momento en que se deshacía de las pruebas incriminatorias.

17/04. Escucho decir a un tertuliano en un programa de televisión: «sobre ese tema no puedo opinar, no tengo criterio«.

18/04. Dejar salir a los niños a la calle durante el confinamiento, ¿debate psicopedagógico o excusa para el enfrentamiento político?

19/04. Por qué cada vez que aparece un político de la oposición ya sabemos, antes de que abra la boca, qué va a decir y en qué tono. Porque solo se quejan de la acción del Gobierno sin aportar propuesta o medida alguna.

20/04. ¿Volverán a poner en duda que la tierra es redonda gritando que es plana? ¿Negarán la evolución de las especies afirmando que tienen pruebas de que llegaron en el arca de Noé? #TodoEsPosible.

21/04. Que los promotores y defensores de la ley mordaza pongan ahora el grito en el cielo porque la Guardia Civil investigue el uso delictivo y malintencionado que se pueda hacer de las RR.SS.

22/04. Espero que la pandemia haga ver lo importante que es realizar una correcta comunicación por parte de AAPP, partidos políticos, empresas e instituciones; que no se puede improvisar y exige contar con profesionales expertos en la materia.

23/04. #DíaDelLibro, jornada en la que recordar que los libros nos acompañan, guían, entretienen y descubren realidades, experiencias y puntos de vista haciendo que nuestras vidas sean más gratas y completas, más felices incluso.

24/04. Me fascinan la burbuja de egofantasía y el vacío existencial que transmiten los influencers.

25/04. Los titulares de la mayoría de los periódicos y los tuits de todos los políticos estaban ya escritos antes de la comparecencia del Presidente del Gobierno.

26/04. 83 años de Guernica, 26 de abril de 1937.

27/04. La salida de los niños a la calle, ¿ayuda para sobrellevar el confinamiento o inicio de la desescalada? Pensaba que era lo primero, pero parece que la mayoría se lo ha tomado como lo segundo.

28/04. Decían que el Estado no era quién para indicarles cómo educar a sus hijos y ahora, si alguien no respeta la distancia social, acusan al Estado de no haberles explicado correctamente cómo se hace, #CriticarPorCriticar.

29/04. 45 días seguidos comiendo pizza, método Díaz Ayuso para mantenerte sano y en forma.

30/04. La vida por fases y horarios, #LaNuevaNormalidad (26.771 fallecidos hasta hoy).