“Españoles. Viaje al fondo de un país” de Rafael Torres

Bajo la premisa de que los manuales académicos no recogen la verdadera historia de nuestra nación por dejar fuera al común de sus ciudadanos, este autor se propone componer un caleidoscopio de la heterogeneidad española a través del retrato de distintos hombres y mujeres de lo más dispar de los dos últimos siglos. Relatos con los que intenta mostrar la verdad tras episodios que hasta ahora habían sido narrados como fábulas o que nos eran desconocidos.

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Las leyendas presentan a los piratas como lo que no fueron, hombres al margen de la ley que hicieron del robo y el asesinato su modo de vida. La historia del arte rara vez contempla a las personas que estaban tras las modelos anónimas de los lienzos de Julio Romero de Torres y cuando se habla de la revolución industrial o el crecimiento económico, la individualidad de los trabajadores desaparece bajo el concepto de masa obrera. Estas son algunas de las muchas simplificaciones y descartes que se realizan a la hora de elaborar el discurso oficial de la Historia, cuestión de síntesis según unos, fijación de una línea narrativa centrada exclusivamente en lo geopolítico según otros.

Rafael Torres dice estar entre los segundos, pero no me ha quedado claro si pretende demostrar que esa oficialidad tiene una cara B que ha de ser conocida –o ante la que debemos dejar de hacer oídos sordos- o si su intención es la de proponer una alternativa que amplíe o complemente a aquella. En algunos de sus capítulos aporta datos que hacen pensar en ello, como el medio millón de españoles que sufrió penas de cárcel por su ideología tras 1939. Pero lo que cuenta en otros no va más allá de lo curioso, como el pueblo que se pasó décadas sin ver morir a ninguno de los suyos en contienda alguna gracias a la protección de su Virgen o aquel en el que los noviazgos implicaban una tasa que ellos debían pagarle obligatoriamente a ellas.

En esta historia de historias se echa en falta un hilo conductor que nos guíe y nos muestre que los casos, sucesos y anécdotas elegidos tienen un propósito conjunto. Podría ser que su intención fuera ejemplificar una serie de aspectos sobre la evolución de nuestra sociedad, pero es algo que solo se intuye levemente, no pudiéndose afirmar con claridad que esa es su intención, y si así fuera, en qué ideas clave o propuestas de debate se concretaría.

La prosa de Torres se diluye entre su crítica a la oficialidad –como la puesta en escena que tuvieron tras de sí muchas de las imágenes que dieron testimonio de la visita de Alfonso XIII a la comarca de Las Hurdes-, los apuntes sociológicos y etnográficos y una narración entre la intención literaria no conseguida y la impostura periodística en la que las fuentes son casi más utilizadas como coautores que como referencias integradas. Viaje al fondo de un país podría pasar perfectamente por la recopilación de una serie de artículos publicados previamente en una o distintas cabeceras editoriales de tirada semanal.

Españoles. Viaje al fondo de un país, Rafael Torres, 2010, Ediciones B.

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